HEART OF HEARTS OH VALENTINE


Bueno, ya se imaginarán sobre qué voy a escribir de acuerdo a los últimos acontecimientos… Sí señores locochones, del concierto de Foo Fighters.

Como siempre la asistencia a este evento estuvo lleno de muchos golpes de suerte… Es como si el destino a última hora quisiera echarme una manito para poder disfrutar de estas cosas. Con la boletería casi en su totalidad agotada era casi imposible conseguir un par de tiquetes para la ubicación que Félix y yo queríamos a un precio razonable y menos a un día del concierto, pero luego de mucho buscar y negociar me encontré con otro ser mágico y maravilloso (como el del concierto de Franz Ferdinand) que estaba dispuesto a entregarnos los suyos por un precio para nada despreciable.



Llegó el 31 de enero y bueno, sin otra cosa más en la cabeza que Foo Fighters, comencé a trabajar como una loca para poder salir lo antes posible y encontrarme con mis acompañantes. El día pasó y a las 6:30 p.m. estábamos dentro del Estadio El Campín con mucho frío, un periódico darks y muchas ansias.

El reloj marcó las 7:00 p.m. y al escenario salió una banda local llamada El Diamante Eléctrico. No es una agrupación que conozca debo decir, pero bueno la música estuvo bien sabrosona… No me disgustaron, lo malo es que solo tocaron media hora :( . Ahora solo quedaba esperar, entre risas y actualizaciones de cuaderno pasó el tiempo, la gente se alborotó y la luz se apagó… ¡Foo Fighters estaba en tarima!

¡Ay Dave de mi amor! Lo vimos aparecer en pantalla y entre saltos y gritería celebramos el momento. Empezaron a cantar “Something from Nothing” y no quedaba nada más que bailar y cantar a grito herido los pedacitos de canción que me sabía. Pero luego, UFFFFFF “The Pretender”... ¡Ahí sí que entré en mood! Como dice Gloria Trevi “y me solté el cabello” y entre saltos y gritos canté toda la bendita canción, miré a mi alrededor y vi un público que estaba igual de loco.

Hubo un momento en el que mientras cantaban “My Hero”, la energía colapsó y todo quedó en silencio… Todos en el público estábamos sorprendidos y claramente los miembros de la banda también, pero entonces… ¡ENTONCES! Al unisono los asistentes continuaron el coro de la canción, así, sin música sin guía, sin nada… Todo un estadio sacando lo mejor de sí y Dave desde su lugar levantaba las manos en señal de que continuáramos. Cuando el sonido se restableció, nos dijo algo como “en ningún lugar habíamos tenido problemas con el sonido pero estoy feliz de que haya sucedido acá”, y Daniela (una de mis mejores amigas) casi lloró jajaja.

A lo largo del concierto Dave no dejó de hablarnos, de hacernos reír (tampoco dejó de maldecir) e incluso en un momento le cantamos “Feliz Cumpleaños”. Los artistas siempre que van a un lugar dicen que es el mejor del planeta o cosas así, y bueno uno es consciente de eso, pero cuando Dave nos dijo "Les aseguro que lo que les voy a decir es cierto, no lo digo en todas partes, pueden ir a confirmarlo en los vídeos en Youtube, es en serio: ustedes son el mejor público que hemos tenido en la gira" yo le creí con todo mi corazón… Y le sigo creyendo y hasta me dan ganas de llorar (como Daniela).

Luego de mucho gozar y cansados hasta la muerte, Dave tomó su guitarra, y en la punta de la tarima empezó a cantar “Skin and Bones”, para poder ver ese espectáculo, mi amigo/compañero/camarada de conciertos (Félix) me alzó en sus hombros y en medio del miedo por no caerme y con felicidad por poder verlo relativamente cerca, empecé a ovacionarlo… Luego, ¡LUEGO! ¡Salió Rami Jaffee con un acordeón a acompañar la canción! Joder, ¡qué espectáculo tan maravilloso! Fue demasiada emoción en un solo momento.

Hubo varios covers, yo me acuerdo claramente de “Let there be rock” de AC/DC y de “Under pressure” de Queen, también hicieron de Rush y de Kiss, pero el más lindo de todos (para mí) fue el fragmento que Dave cantó de “Blackbird” de The Beatles… Ustedes saben que yo los amo, entonces se podrán imaginar cómo estaba.

Acercándose al final, la tan esperada “The Best of You” sonó. Los gritos, los saltos y los cantos no fueron suficientes para expresar la cantidad de sentimientos que atravesaron mi ser en ese momento, una melena de pelo enredado puede dar fe de ello. “Everlong” fue la canción con la que terminaron y con el corazón un poquito arrugadito por que se iban, vimos cómo los Foo Fighters tomaban la bandera de Colombia y la extendían. Con unas palabras de despedida Dave y el resto de la banda abandonaron la tarima y nosotros quedamos más que satisfechos.

De esa noche me queda un recuerdo gratísimo, la promesa que nos hicieron, que van a volver y una gripa bien satánica (joder). Por una razón de afición no puedo decir que este ha sido el mejor concierto de mi vida (lo fue el de Green Day en el 2010), pero sí puedo asegurarles mis queridos, ¡que es el segundo mejor! Y por eso cuando regresen, Félix y yo vamos a estar de primeras esperándolos, un evento así con tanto carisma y tanto rock puro y duro es digno de repetirse cuántas veces sea posible.

Lo último que me queda por decir es que, ¡yo quiero ser como Dave Grohl cuando sea grande!