WHERE DID YOU GO?



El pasado martes llegó el día que estuve esperando por muchos muchos años: el concierto de Arctic Monkeys en Colombia.

El día previo a este magnífico evento, la emoción que tenía era tan grande que casi no pude dormir, así que me levanté muy temprano, fui a la universidad, cumplí con unos deberes y luego a las 2 de la tarde me dispuse a hacer fila para estar lo más cerca posible a los muchachones. Durante mi espera llovió muy duro, tomé unas cuantas cervezas, me encontré con mis amigos y a las seis de la tarde abrieron puertas y la fila empezó a andar.

Estando ya adentro (luego de haber pasado por una odisea casi épica en un último momento para que todos entráramos al tiempo), la expectativa se hizo muy grande, ¡estaba a un par de horas nada más para ver a mis amados Arctic Monkeys! Unos minutos más tarde The Hives salió al escenario y WOW ksdhfksdhfkjs, ¡Qué poder el de esa banda! Joder. Nos entregaron un show lleno de canciones, de baile, de energía… Mejor dicho de rock puro y duro, incluso Howlin' Pelle habló todo el tiempo en español. ¡Claro, cómo las expectativas no iban a crecer después de eso!

Luego de una hora creo, de repente los sujetos salieron al escenario. No hubo tiempo ni para la sorpresa ni la incertidumbre, una cortina de humo los cubría por completo, y sin ni siquiera saludar empezaron a tocar (aunque debo admitir que yo le gritaba “papasito rico” a Alex Turner jajajaja). La entrada no más auguraba que no iba a ser lo que esperaba.

Como lo dije en mi cuenta de Facebook, yo sabía que era una gira de su último álbum el AM, pero, ¡hey! Siendo la primera vez en Colombia, ¿no sería un poco lógico entregar un show en el que se desplegara lo que más se pudiera de su carrera musical? Ósea, gran parte de los que fuimos, somos fans desde que se iniciaron y claramente queríamos escuchar sus canciones viejas, pero al parecer para ellos no fue una noción tan evidente.

Un sin número de canciones nuevas se cantaron, pero en realidad eso no fue lo que me molestó tanto (y eso que fue mucho); lo que no pude soportar fue a Alex Turner y su papel de chico malo, que “no hizo más que pavonearse y posar ante un público enloquecido (casi sin conciencia de lo que ocurría) que le aplaudía... ¡Y que además se peinaba cada dos segundos! (¡De qué sirve la música si uno no se despeluca!)”, sin contar con su bailecito NO sexy que lo único que hacía era destacar su petulancia… Como si nos estuvieran haciendo un favor por cantarnos sus canciones.

No sé si les ha pasado locochones, pero es como cuando uno tiene un héroe que ha admirado por años y a quien le ha atribuido unos “valores” generando así una especie de imaginario en la que dicho héroe es perfecto, pero que cuando uno lo conoce no resulta ser más que otro mortal… Un mortal estúpido. Así me sentí yo en ese momento, y pues como ellos mismos dicen en una de sus más sobresalientes canciones “But your heroes aren't what they seem”

Fue tan grande mi decepción que a pesar de tener la vista más grandiosa del mundo en un concierto, no lo disfruté del todo… Las canciones eran tan no rockeables que no pasaba del movimiento repetitivo de tambalearse de un lado para el otro, variando con una levantada de mano… Incluso hubo un momento en el que era más entretenido mirar a la gente que actuaba como loca ante tal horror.

“Canciones buenas, de las de antes sí hubo, pero temas emblemáticos como Fake Tales of San Francisco, When the Sun Goes Down o The View From the Afternoon, ni se aparecieron, ¡es que casi ni siquiera del Suck It and See como por decir!”. Lo único que agradezco es que cantaron mi canción favorita “Cornerstone” pero con todo y eso sonaba tan sin alma que la emoción no fue tanta como la que hubiera esperado. Cuando llegó el momento de “I Bet You Look Better on the Dancefloor” pensamos “es ahora o nunca” y con algo de nostalgia la rockeamos hasta más no poder, fue en el único momento en el que lo pudimos hacer… Muy triste.

El concierto se terminó y sentí como un descanso por no ver más como esos seres que tanto amaba se habían convertido en ese algo que al parecer lo único que les interesa es tener más adeptos que hacer buena música. Salimos con el corazón roto y con una pregunta rondando en la cabeza “Who the Fuck are Arctic Monkeys?”

Días después la pregunta es, ¿dónde quedaron esos adolescentes que nos hicieron vibrar con sus canciones y con sus ruidos pseudo-punkeros? ¿Ah? Ese sonido y esas letras con las que me sentí identificada durante tiempo, ¡los quiero de vuelta! “I'm not angry, I'm just disappointed”. Lo único que me queda es revivir sus viejas canciones a través de los discos que atesoro, olvidarme de ese fatídico 4 de noviembre en el que les perdí la fe y entregarme a los recuerdos que me evocan cada una de esas canciones... ¡Así como en una tusa! Pero peor.

Si yo hubiera sabido que una canción como R U Mine? Iba a desencadenar toda esta catástrofe, nunca en mi vida la hubiera apoyado. En serio, siento que hice muchas pericias para poder verlos tan de cerca, para poder cantar con ellos y al final fue como agh… El que aparentaba ser uno de los mejores días de mi vida (en cuanto a concierto se refiere) definitivamente no lo fue, aunque no digo que no valió la pena, claro que sí y mucho, el show de The Hives estuvo tremendo y la compañía inigualable.

Ahora lo último que tengo que decir sobre ellos es “Arctic Monkeys, yo los amo mucho, solo que ahora ya no me agradan.”