Como el día anterior me sentí terriblemente deprimida, el sábado me levante de malgenio y sin ganas de hacer nada. Lo bueno, es que esa tarde después de almuerzo iba a tener mi primera clase de Diseño Editorial.
La clase estuvo maravillosa, por un momento me olvidé de todo el estrés que tengo y me motivé muchísimo para terminar el concurso. Al salir de ahí, me fui a la oficina y en el camino me compré unas esencias florales para "lograr calmarme". No sé si fueron las esencias o que realmente estaba motivada, pero pude trabajar con tranquilidad toda la tarde y de hecho me rindió bastante.
En la noche F llegó a mi oficina y yo me morí del amor y de la felicidad, me esperó un rato mientras yo terminaba de editar unas fotos y salimos a un bar cerca a la casa a hacer lo que más nos gusta: tomar cerveza y echar mucho chisme... El día terminó muy muy feliz a pesar de mi gripa del demonio.
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